Hoy...

Hay veces que intentas escribir, pero parece que no salen las palabras, hoy no es un día de esos:

Hoy tengo claro lo que quiero decirte, lo que quiero que leas, y que sepas lo que estoy pensando.

Te has ido hace una hora y cuatro más o menos de mi casa y, desde ese momento, no he dejado de sonreír. Ya sabes que en estos momentos por circunstancias, hay cosas que no están como debieran, pero en realidad, hay otras, que están mucho mejor de lo que nunca llegue a imaginar, y, en esas cosas buenas, estás tú, y tú y también tú (o solamente tú...jeje).

Gracias a ti, en estos momentos soy feliz aunque haya cosas que no me acompañen, 

gracias a que formes parte de mi vida, siento que las cosas malas, porque la vida las tiene, son simplemente regulares, porque hay alguien que se encarga de que las cosas no sean negras sino grises claritas,

esa persona me hace feliz, consigue que sin estar ahora con él pueda mantenerme contenta, tranquila, segura, estable, dispuesta y con más fuerzas para todo lo que pueda venir,

él hace que los sueños no tengan que aparecer de noche, si no que a las 16:00 p.m en medio de la calle sepa que el amor de verdad existe, y que la complicidad absoluta también, porque simplemente con 15 minutos de charla (no discusión) una se da cuenta que esos detalles de diferencias (que toda pareja tiene, y que de echo eso les hace diferentes, especiales y que son necesarios) son simplemente diferencias, o, mejor dicho, distintos puntos de vista o maneras de comportarse y actuar ante las dististas situaciones que a todo el mundo se nos plantean.

Soy feliz a tú lado, vivo en una tranquilidad absoluta contigo, la complicidad es el día a día en mi vida porque tú estas en ella, te quiero, te amo espero que esto no termine nunca, porque tú haces que sea feliz, y consigues, que una tarde aparentemente sencilla como la de hoy, haga que me de cuenta porque un día me enamoré de ti.